Las actividades del campo y las explotaciones agrícolas o agropecuarias no son simplemente echar unas semillas al suelo y esperar que crezcan plantas. La actividad agrícola es compleja en sí misma, pero es que además requiere de ciertas instalaciones. Incluso el mero terreno del cultivo debe ser preparado convenientemente.
Las instalaciones pueden ser de todo tipo y condición. Nos podemos encontrar con una nave, con una caseta de aperos, plantas de producción agroalimentaria, invernaderos, bodegas, conserveras, granjas, establos, corrales, garajes para la maquinaria, e incluso zonas de recreo e instalaciones agrícolas con intención de atraer turismo o visitas, como las casas rurales o las granjas escuela.
No podemos olvidar las instalaciones como los sistemas de canalización, acequias, pozos, sondeos de agua, dispositivos de riego, fosas (sépticas o de almacenamiento de agua), balsas de agua, balsas para purines, redes de suministro eléctrico y un larguísimo etcétera. Además, todo esto puede formar parte de un conjunto o sistema mayor, como una explotación agrícola completa que deba construirse donde antes no había nada, lo que aumenta la complejidad.
Todas esas instalaciones y edificaciones deben ser construidas, pero eso no se puede hacer libremente. No se trata de llevar los materiales al terreno y levantar la edificación que nos interese. La construcción debe seguir la normativa vigente, los requisitos y las exigencias de costumbre, y para eso están los proyectos agrícolas.